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Mary K. Borkowski

El arte de Mary K. Borkowski, con el que la artista acuñó una técnica que denominó “pinturas de hilo”, es más complejo de lo que parece. Durante la vida de la artista, se asumió con frecuencia que su obra había sido creada con la última tecnología para el bordado. “Estos cuadros no son bordado”, dijo Borkowski, “sino más bien esculturas en bajorrelieve, y su creación requiere de cientos de horas”. Cada obra contiene tres o cuatro capas de materiales, que incluyen el lienzo, la guata y la muselina. En lugar de recurrir a un solo proceso, la artista hizo uso de varias técnicas que había dominado, desde el bordado hasta el crochet, el apliqué y la confección de colchas.

 

Por medio de la fusión del hilo y el lienzo, cada laboriosa composición, con su escena destacada, sirve como un intrincado recordatorio de las emociones y la historia personal de la artista. Borkowski provenía de una línea materna de habilidosas costureras y bordadoras. Como superviviente de abuso doméstico, muchas de sus pinturas conmemoran luchas, injusticias y eventos traumáticos, incluido su hábito por complacer a otros. Estos temas están presentes en El látigo y El hombre que tiene tranquilidad, obras creadas para conmemorar la muerte de un sobrino. Indiferencia (1967) conmemora la última noche que la artista sufrió a manos de su violento esposo, incluida la presencia de un testigo que se niega a ayudar. Borkowski afirmó: “Hay veces que pienso que la capacidad que tengo de perderme en esta obra ha evitado que me vuelva loca, pues me ha dado mucho placer, más de lo que nadie podría imaginar”. La obra también ofreció a Borkowski un medio económico de subsistencia mientras construía una nueva vida.

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