El arca de Noé
Aunque se crearon en circunstancias distintas, estos objetos reflejan una fascinación cultural común por la sistematización y la regulación como medio para dar forma al multitudinario mundo natural. En la cultura angloeuropea, las relaciones de los humanos entre sí y con los animales se entendieron históricamente como parte del orden natural, lo que colocaba a las personas blancas y cristianas en lo más alto de la jerarquía. Si bien cada una de estas obras puede disfrutarse por la calidad de su artesanía y por su belleza, también exponen las problemáticas estructuras de poder subyacentes que ordenaban el mundo de sus creadores, quienes buscaban dar sentido a la multiplicidad.
La representación de El arca de Noé en esta escultura de hueso —probablemente creada por un marinero o prisionero de guerra— atribuye a los humanos el dominio sobre los animales. Se muestran parejas de machos y hembras de varias especies a lado y lado, avanzando hacia el arca protectora que les proporcionará un refugio ante la inminente inundación. Una manivela permite que los animales avancen, lo que otorga al usuario la satisfacción de tener autoridad física sobre las numerosas parejas de figurillas miniatu