“Cuando un hombre trabaja de forma constante y fiel durante sesenta años, la ociosidad es un extraño inoportuno”.

 

— John Scholl, según lo citara Adele Earnest

 

Esta exuberante Radiación solar de John Scholl parece extenderse hacia fuera en todas direcciones con una multitud de posibilidades creativas. Tras toda una vida trabajando como carpintero, este inmigrante alemán asentado en Pensilvania comenzó a trabajar con escultura a principios del siglo XX, pasados los ochenta años. Durante más de una década, Scholl creó aproximadamente cuarenta y cinco obras de arte, dejando atrás el aspecto utilitario de su profesión para deleitarse en el placer puro de la creación. Su escultura evoca una sensación de deslumbrante abundancia y profunda satisfacción en el oficio, que se reitera en las múltiples capas de simetría, patrones y ornamentación.

 

Scholl expuso su escultura en la comunidad mientras estuvo con vida; sin embargo, poco después de su muerte, su obra quedó olvidada en un almacén durante muchos años. En la década de 1960, Adele Earnest y Cordelia Hamilton, ambas fundadoras del American Folk Art Museum, pondrían a los coleccionistas en conocimiento de este artista tras descubrir un depósito de sus creaciones en un abarrotado granero de Pensilvania.